Níscalos a la plancha

Nutrientes por 100 gramos
Energía	56	kcal
Proteína	3,5	gramos
Grasa	3,9	gramos
Glúcidos	1,7	gramos
Más nutrientes

Descripción de la receta

Los "rovellons" o níscalos son una de las setas más apreciadas en la gastronomía catalana, de hecho, esta receta en concreto es la más famosa de las recetas de los conocidos como “bolets” fuera de Catalunya. El níscalo se suele utilizar como guarnición o como plato principal o un ingrediente más de estofados de carne. Pero el plato estrella de la gastronomía catalana, como ya hemos indicado, y el más sencillo de todos, son los "rovellons a la planxa amb all i julivert " o níscalos a la plancha con ajo y perejil. Salen siempre exquisitos y no pueden ser más fáciles de hacer. En el campo, naturalmente, se suelen hacer a la brasa como complemento de unas costillas de cordero o unas "botifarras" de Vic, más sabrosos si cabe, ya que los aromas de la madera les aportan un aroma y sabor característicos, además de la excelente compañía de amigos o familia sin las estrecheces de casa. Lógicamente, es un plato muy bajo en calorías y grasas, por lo que es muy sano y perfecto para dietas de adelgazamiento.

Preparación del plato

Limpiamos los robellones con un paño limpio y húmedo, retiramos todas las briznas de hierba y tierra con mucha suavidad. Calentamos la plancha y los con las láminas para abajo y los cocinamos unos minutos justo para que cojan color. Les damos la vuelta y los rociamos con un hilo de aceite y los dejamos hasta que estén en el punto de nuestro gusto. A media cocción los espolvoreamos con el ajo y el perejil picado muy fino y les damos el punto de sal. Los espolvoreamos con ajo y perejil, ahora crudos y servimos solos o acompañando alguna carne a la plancha o una butifarra.

Consejos y trucos

Para este plato elegiremos robellones que estén en perfecto estado y muy frescos, a ser posible recién recogidos. El punto de cocción lo elegiremos según el gusto de cada uno. Si se hacen poco tienen un agradable sabor algo terroso y quedan más firme, si los hacemos más quedan más melosos y desaparece ese regusto que hay personas que no gustan del mismo. Personalmente, me gustan tirando a poco hechos, pero si están algo pasados no me importa, ya que están deliciosos de todas formas.

Recetario de Carles Pastor

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